Fondos Indexados vs ETFs: ¿Cuál te Conviene más para Empezar a Invertir?

Empezar a invertir por primera vez puede parecer un desafío lleno de tecnicismos, comisiones y decisiones difíciles. Entre las primeras dudas que surgen está una muy común: ¿me conviene invertir en fondos indexados o en ETFs?
Ambos productos son opciones populares entre los pequeños inversores, sobre todo entre quienes buscan diversificación, bajo coste y gestión pasiva, pero presentan diferencias importantes en su funcionamiento, liquidez y fiscalidad.
En este artículo te explico de forma clara qué son, cómo funcionan y cuál puede ser más adecuado para ti según tu perfil y objetivos.


1. ¿Qué son los fondos indexados?

Un fondo indexado es un tipo de fondo de inversión que replica el comportamiento de un índice bursátil. Por ejemplo, un fondo indexado al S&P 500 busca reproducir su evolución comprando las mismas empresas y ponderaciones que lo componen.
La gran ventaja de este tipo de fondo es que no intenta superar al mercado, sino igualarlo. Esto reduce significativamente los costes de gestión, ya que no se necesita un equipo de analistas decidiendo en qué invertir.

Características principales:

  • Gestión pasiva: el gestor solo replica un índice, sin tomar decisiones activas.
  • Diversificación automática: al invertir en un fondo indexado al S&P 500, por ejemplo, tu dinero se reparte entre 500 grandes empresas.
  • Costes muy bajos: suelen tener comisiones de gestión anuales inferiores al 0,3%.
  • Ideal para inversión a largo plazo: diseñados para aprovechar el crecimiento del mercado con el tiempo.

En España, se pueden contratar a través de gestoras tradicionales o de plataformas automatizadas como MyInvestor, Indexa Capital o Finizens, que facilitan la inversión incluso con aportaciones mensuales pequeñas (desde 50 €).


2. ¿Qué son los ETFs?

Los ETFs (Exchange Traded Funds) son fondos de inversión que también replican un índice, pero con una diferencia clave: cotizan en bolsa como si fueran acciones.
Esto significa que puedes comprar y vender ETFs a lo largo del día, igual que harías con una acción de Apple o de Santander.

Principales características:

  • Cotizan en tiempo real: puedes operar con ellos durante el horario bursátil.
  • Liquidez inmediata: puedes venderlos en cualquier momento y recibir el dinero en poco tiempo.
  • Diversificación y bajo coste: al igual que los fondos indexados, replican índices con bajas comisiones.
  • Mayor control: puedes decidir cuándo entrar y salir del mercado, e incluso combinar estrategias.

Sin embargo, también tienen costes adicionales, como las comisiones de compraventa que cobra el bróker y la posible tributación al vender, ya que no permiten traspasos sin pasar por Hacienda, a diferencia de los fondos tradicionales en España.


3. Similitudes entre fondos indexados y ETFs

A simple vista, los fondos indexados y los ETFs tienen mucho en común:

  • Ambos son productos de gestión pasiva.
  • Replican índices de referencia.
  • Tienen comisiones muy bajas frente a los fondos activos.
  • Permiten diversificar fácilmente, incluso con pequeñas cantidades de dinero.
  • Son ideales para estrategias de largo plazo, como la inversión periódica o la jubilación.

En resumen, los dos buscan lo mismo: replicar el mercado con el menor coste posible. Pero el modo en que lo hacen, y su tratamiento fiscal, marcan la diferencia.


4. Diferencias clave: liquidez, fiscalidad y operativa

Veamos las diferencias más relevantes que debes considerar antes de elegir entre uno y otro:

1. Liquidez

  • Fondos indexados: las operaciones se realizan una vez al día. Si vendes hoy, la orden se ejecuta al cierre del mercado.
  • ETFs: cotizan en bolsa, por lo que puedes comprar o vender en cualquier momento del día. Son más flexibles, pero también pueden fomentar decisiones impulsivas.

2. Comisiones

  • Fondos indexados: no pagas comisiones de compraventa, solo la de gestión anual.
  • ETFs: además de la comisión de gestión (similar), el bróker te cobra por cada operación de compra o venta.

3. Fiscalidad

Este es uno de los puntos más importantes para los inversores españoles.

  • Fondos indexados: permiten traspasos sin pagar impuestos, es decir, puedes mover tu dinero de un fondo a otro sin tributar por las plusvalías hasta que retires el dinero.
  • ETFs: cada vez que vendes un ETF con beneficio, debes tributar por la ganancia en tu declaración.

Por tanto, si tu idea es hacer aportaciones periódicas o cambiar de estrategia con el tiempo, los fondos indexados son fiscalmente más eficientes.

4. Accesibilidad

  • Fondos indexados: se pueden contratar fácilmente desde robo-advisors y plataformas automatizadas, sin conocimientos técnicos.
  • ETFs: requieren operar con un bróker y cierta familiaridad con el mercado bursátil.

5. Ejemplo práctico: inversión a largo plazo

Supongamos dos inversores, Lucía y Marcos, que empiezan en 2025 con 1.000 € y aportan 100 € al mes durante 20 años.
Ambos invierten en el mismo índice, el MSCI World, que históricamente ha rendido alrededor del 7% anual.

  • Lucía elige un fondo indexado, con una comisión del 0,2% anual.
  • Marcos invierte en un ETF del mismo índice, con 0,2% de comisión más 0,1% en costes de compraventa.

Tras 20 años, y sin considerar impuestos intermedios, ambos podrían acumular unos 50.000 € aproximadamente.
Pero si Marcos realiza ventas parciales de sus ETFs y paga impuestos por las plusvalías cada cierto tiempo, el impacto fiscal reducirá su rentabilidad final en varios miles de euros.

La lección: el coste fiscal importa tanto como las comisiones.


6. ¿Qué conviene a un inversor principiante?

Dependerá de tus necesidades y de cómo te sientas más cómodo gestionando tu dinero.
Aquí tienes una guía rápida:

  • Elige fondos indexados si:
    • Buscas simplicidad y automatización total.
    • Quieres hacer aportaciones periódicas sin preocuparte por el mercado.
    • Prefieres eficiencia fiscal y no pagar impuestos hasta el final.
    • Te interesa invertir a largo plazo (más de 5 años).
  • Elige ETFs si:
    • Quieres control total sobre tus inversiones.
    • Te interesa operar activamente o aprovechar oportunidades puntuales.
    • No te importa gestionar tus propios impuestos.
    • Valoraste las ventajas de liquidez inmediata.

En la práctica, muchos inversores combinan ambos: fondos indexados para el núcleo estable de su cartera y ETFs para estrategias más dinámicas.


7. Conclusión: el mejor producto es el que te deja dormir tranquilo

Ni los fondos indexados ni los ETFs son mejores de forma universal. Lo importante es entender cómo funcionan y elegir el que se adapte a tus objetivos, horizonte temporal y perfil de riesgo.
Si lo que buscas es empezar a invertir sin complicaciones, los fondos indexados suelen ser la mejor puerta de entrada: fáciles de usar, diversificados y con ventajas fiscales claras.

En cambio, si te atrae la flexibilidad de los mercados, la posibilidad de vender en cualquier momento o quieres practicar estrategias más avanzadas, los ETFs pueden ofrecerte ese control adicional.

En 2025, con la digitalización de la banca y el auge de las plataformas de inversión, ambas opciones están al alcance de cualquier persona, incluso con aportaciones pequeñas.
Lo importante no es si eliges fondos indexados o ETFs, sino dar el primer paso y dejar que el tiempo y la constancia trabajen a tu favor.

Por Bernat

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